HAS MARCHADO
(A MIS HIJAS)
Has marchado,
a enfrentar la vida,
con tu espíritu cargado,
pletórico de ilusiones,
pero sin faltar,
tus miedos y temores,
que sólo son un lastre,
despójate de ellos,
toparas con cosas buenas,
y cosas malas...así es la vida.
Ante las contrariedades,
solamente recuerda
que no estás sola,
mientras viva aquí estoy.
y estaré como el primer día
en que abriste tus ojos,
y me miraste con un tierno brillo.
Afróntalas sin miedos,
todo tiende a diluirse,
tanto penas y aflicciones,
como también sucede,
con las alegrías.
Tienes los cimientos firmes,
que te harán sostenerte,
sin notarlo quizás,
se te fueron inculcando,
con la palabra, con el ejemplo,
con la serenidad en mi rostro,
aún bajo los grandes problemas,
las intensas angustias,
tienes lo suficiente para no caerte,
no te doblegues, no te rindas,
todo pasa, tras la tormenta,
viene la calma y el sol
vuelve a brindarte su brillo.
Mantén el amor como tu sustento,
si te hacen mal...no odies,
no permitas que eso te cambie,
se siempre congruente
con tus principios, esos que adquiriste,
del jugo de tus raíces,
que te nutrió de su sustancia nítida,
que dio a tu alma su nobleza.
Presérvate leal a tu esencia,
en la pobreza se digna,
y si logras riquezas se humilde,
se feliz con lo que tengas,
ambiciosa en conseguir tus sueños;
el obtener bienes materiales,
te da satisfacciones efímeras,
pero no lo es todo,
con tan sólo perseguir los sueños,
la satisfacción será permanente,
el conseguir las metas te hará dichosa,
y el horizonte te regalará nuevas ilusiones,
que llenaran de arcoíris tu vida.
Encomiéndate cada día a Dios,
no sólo recurras a él para pedirle ayuda,
agradécele siempre el regalo de un nuevo día,
y corresponde a su amor, dando amor,
asume lo mejor de ti, en lo que emprendas,
brinda ayuda al que puedas en lo que puedas,
a veces con sólo un saludo,
reconfortas a alguien que lo necesita,
deseándole los buenos días,
levantarás su ánimo,
no discrimines a nadie,
todos somos iguales,
trata a todos así, con igualdad,
has el bien a los demás
y siempre serás bendecida.
Pero ante todo no dejes de disfrutar la vida,
goza cada día, vívelo intensamente,
no te enajenes en el trabajo,
el trabajo es bueno no porque da dinero,
sino porque te da la oportunidad de ser útil,
de aportar tus conocimientos,
de brindar ayuda, de hacer crecer y crecer tu misma.
Pero siempre... date el tiempo de mirar la luna,
oír al mar, el canto de las aves,
y el susurro del viento.
No encadenes tu vida al trabajo.
No te hará más feliz el tener el mejor auto,
la más grande residencia, el último celular,
acabas cansándote de ellos.
Pero si serás dichosa, si te das el tiempo de disfrutar
lo que la vida te regala, la hermosura de la naturaleza.
Escápate de vez en cuando a la orilla de algún río,
a escuchar el correr del agua acariciando las rocas,
a relajarte con el burbujear sereno de las olas, al llegar a la
playa,
a disfrutar del aroma de los pinos, en la majestuosidad
de la montaña.
Date el tiempo de escuchar buena música,
de leer un buen libro, de contemplar el arte,
todo ello le dará satisfacción a tu espíritu,
y te recargará positivamente.
Un día marche yo también de casa,
como todos a emprender el camino,
y la vida la he vivido y sufrido como todos,
pero al final del día puedo decirte,
con plena certeza, que lo mejor que he tenido,
que me ha regalado para ser del todo dichoso,
son ustedes… mis hijos.