EL AMOR ES COMPLEJO.
El amor es complejo, no subsiste tan fácilmente, como su
nacimiento.
Nace espontáneamente, brota al captar las cosas
superficiales, percibidas por los sentidos, la voz, la figura, las formas, la mirada, el olor, ante
el agrado de estas cosas superficiales rasca en las profundidades, pero
solamente va capturando las cosas que le agradan, las que no, o no las ve o no les da importancia ante el tesoro que va
descubriendo y las hace a un lado, o simplemente esta tan embelesado con lo que
le fascina que no las capta. Pero con el tiempo va perdiendo consistencia, sino
es nutrido constantemente; porque al pasar el tiempo las cosas de no agrado
aunque sean menos comienzan a adquirir importancia, a tomar fuerza, comienzan a
golpear, a veces son golpes imperceptibles, que van derruyendo las cosas, que
no por sencillas le dan su fuerza al amor, primero le arrancan los “te amo”
cotidianos, se van diezmando, después se escuchan esporádicamente, y poco a
poco dejan de escucharse, eventualmente se sustituyen por los menos efusivos
“te quiero” pero luego estos tienden también a ir desapareciendo, así también
los besos y abrazos se van forzando, pierden espontaneidad, se van espaciando y
entonces el amor se siente duramente golpeado, pero aún resiste, después
comienza a recibir un ataque más fuerte, aparecen las armas de la
“indiferencia” y “los rechazos”, la indiferencia duele mucho, cosas que eran
excitantes, reconfortantes, y deseadas, se van derruyendo con el poderoso golpe
de la indiferencia, de ahí sucede lo peor, surge el mazo de “los rechazos”, lo
que producía enorme placer, deseo, alegría, felicidad, es atacado y ante los
golpes del rechazo el amor se siente desconcertado, pierde el sentido de la
comprensión, no entiende que sucede, intenta contener los golpes por el amor
que aún siente, pero tanto golpe ya mareado lo ponen contra las cuerdas, a
punto de caer, y es ahí que estando sujetado por las cuerda que intenta,
nuevamente recuperarse, medita e intenta descubrir el origen de todos esos golpes
y aunque lo desconozca, intuye que el mismo los ha provocado, sabe que él está
firme por lo que intenta reconquistar y levantarse, detener hasta desaparecer
los golpes, esperando tener éxito con su nueva estrategia, con el amor que el
siente se sostiene, aguanta, se arriesga, sabe que en su intento por
recuperarlo, en cualquier momento puede sufrir el golpe definitivo que lo
noquee, que lo derrote, que le cause más dolor del ya sufrido, pero la fuerza
interior que lo hizo nacer, lo sostiene, y lo impulsa a no rendirse. De todo
esto si logra salir avante, se hará más sólido y quedará nutridamente
fortificado.
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