viernes, 7 de julio de 2017

UN PASO PREVIO


Viví la muerte,  una noche tupida de estrellas, incitadora a desprenderse como ella, de todo lo que oscurece la vida. Rendido,  sumamente agotado, después de vivir la noche intensamente, dormía bocarriba en mi cama; súbitamente  comencé a sudar frío, algo nebuloso con silueta humana, se desprendía de mí, fue incorporándose lentamente,  hasta quedar sentado sobre mi cuerpo, que permanecía recostado, mi consciente estaba en mi parte nubosa, y ya no en mi cuerpo recostado, veía todo, miró con cierta angustia al teléfono de pared, ubicado en el pasillo contiguo al cuarto y alzó en vuelo hacía él, al descolgar volteó hacia la cama, fue entonces que me vi a mi mismo tendido ahí, una especie de cordón umbilical  nos unía; aterrado, la parte nebulosa regresó instantáneamente a reincorporarse al cuerpo, temblaba bañado en sudor frío. Viví un paso a la muerte, pude sentir todo alivio, que adquiría todo el conocimiento, un estado de confort sumamente satisfactorio, casi estoy seguro que al reventarse ese cordón sucede la muerte, justo al momento de romperse;  pero me quedó una terrible duda, de si esa conciencia que tuvo mi estado nebuloso, que la hizo reconocerme, al ver mi cuerpo tendido, se perderá al romperse el cordón y por lo tanto se perderá la conciencia y memoria de uno mismo, y es entonces que pasamos, como antes de nacer, a ser energía inconsciente, sin identidad, a vivir en un mundo oscuro, ¿Será que no morimos al morir nuestro cuerpo, sino al morir nuestro consciente? Mi cuerpo estaba inerte tendido en la cama, pero la conciencia de mí, permanecía en mi parte nubosa. Esa duda jamás podrá despejarse, pues al morir perderemos la conciencia, perderemos noción de nosotros mismos, de lo que fuimos…como antes de nacer, éramos energía inconsciente…éramos nada

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